domingo, 15 de enero de 2012

Paisaje de la Segarra



El mismo paisaje, el mismo cielo, el mismo alma.

El reposo invernal de frio, niebla y escarcha prepara el camino a una nueva primavera llena de vitalidad y con energías renovadas. 

El ciclo se repite año tras año. Ritual necesario para que uno de paso al otro.

Cuando miro el primer paisaje no siento melancolía por la primavera pasada ni la tristeza de lo que hubo y ahora no está. Lo disfruto en el momento en que se imprime en mi retina y siento la esperanza del porvenir. 

Este pasajero letargo del campo traerá nuevo colores,  nueva savia, nuevos frutos, el olor del tomillo y el romero, y también volverán las oscuras golondrinas que Becquer evocaba en su poesía, .... siempre vuelven.

Bajo de ese manto de frio se está fraguando la vida.

 


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